miércoles, 5 de enero de 2011

Comprar, tirar, comprar

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Parece un chip más. Uno de tantos. ¿Verdad? Nada más lejos de la realidad. Esta minúscula pieza es la responsable del suicidio programado de una impresora de inyección de tinta. Un chip que contabiliza el número de impresiones acumuladas por la máquina y que, llegada la cifra prevista por el fabricante, envía un mensaje de error a través del software de gestión. Obsolescencia programada, lo llaman.

Se trata de un negocio que no es nuevo. Ya en los años 20 comenzaron los primeros movimientos para hacer que las bombillas de hilo incandescente duraran sólo 1.000 horas. Técnicamente, podrían funcionar muchas más (unas 2.500), hasta que el cuerpo o los chips aguanten.

Los coches están hechos para durar ocho años sin dar problemas. ¿Quién tiene una lavadora con más de quince años en casa? Pero, cuando no es la obsolescencia programada, somos nosotros mismos

Monitores esperando su turno para ser reciclados.


Esta fotografía la disparé en una planta de tratamiento de residuos eléctricos. Está en Aznalcollar (Sevilla). Son los únicos autorizados en Andalucía para separar las partes valorizables de neveras, planchas, teléfonos móviles... Una nave gigantesca donde una montaña de monitores con tubo de rayos catódicos recibe al visitante. La pregunta me vino de inmediato a la cabeza. "No parecen tener mucho tiempo. ¿Alguno funcionará?". Seis de cada diez llegan funcionando, pero son cambiados por capricho o renovación tecnológica a pesar de no sumar ni diez años. Al menos éstos volverán a entrar en el ciclo productivo. 

Los economistas sostienen que la obsolescencia programada tiene su razón de ser en programar el consumo, valga la redundancia, para hacer crecer a las economías. Mover la rueda. Pero lo dicen los mismos que han minado la confianza de aquello tan inconsistente como "los mercados". Los mismos que han dejado en el paro a más de cuatro millones de personas en este país, han hecho rescatar a Grecia o Irlanda y generaron el corralito argentino.

Comprar, tirar, comprar es un documental coproducido por Televisión Española que se emitirá el domingo y revelará las claves de esta práctica tan perversa como medioambientalmente insostenible porque los monitores de la foto son una raya en el agua. Una mínima parte de los que acaban en vertederos.

Más información, sobre el reportaje, aquí

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