lunes, 20 de diciembre de 2010

¿Por qué quieres ser payaso?

Lo ha vuelto a hacer. El presidente de la Academia Española de Cine, Álex de la Iglesia, ha vuelto a crear uno de sus universos llenos de muñecos rotos, de mentes enfermizas. Balada triste de trompeta, una cinta sin tapujos, comienza en dos circos: una pista llena de niños en 1937 y el circo de la sinrazón de la Guerra Civil.

Javier, hijo de un payaso reclutado por los milicianos, nunca sonreirá en la pista. Está condenado a ser el payaso triste de un circo tal y como predijo su padre. Corre el año 1973 y De la Iglesia se maneja con soltura en la exagerada estética de la época para contar la zozobra personal de un payaso sin infancia encerrado en el triángulo amoroso formado por su compañero de pista, Sergio, y una trapecista.




De la Iglesia define el film como una película "bruta" donde sale a relucir su bipolaridad entre la mente infantil y la rabia de algunas escenas. A veces desagradable, el director sabe mezclar con maestría lo grotesco para levantar sonrisas en el espectador aunque la iconografía pueda resultar redundante con otras cintas del autor, con la pasión de De la Iglesia por las alturas, por ejemplo.

Dos horas recomendables aunque no llegan al nivel de la genial La comunidad.


Mensaje para la señora con dos niños: léase la sinopsis antes de entrar en el cine.

Mensaje para la jauría de niñatos: al menos estuvistéis callados, no como en Buried.

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