Por más vueltas que le doy a la cabeza, sigo sin atisbar qué se le pasó al presidente checo, Vaclav Klaus, por la suya cuando se llevó como recuerdo de Chile la pluma que había sobre la mesa.
Las imágenes fueron emitidas el domingo pasado por el programa 168 horas de la emisora pública CT1. El portavoz presidencial, Radim Ochvat, ha salido al paso de las críticas tras al señalar que se trataba de un presente, y que no ha existido ningún hurto.
Pero la reacción en el país no se ha hecho esperar. "Se busca una pluma de lujo. Se ruega al que la encuentre que la envíe a la Embajada de Chile", reza en un cartel en un restaurante.
En Japón, ministros como Seiji Maehara (Exteriores) dimitieron al admitir haber recibido 450 euros de donaciones (algo prohibido en el país nipón). Nos llevan años de ventaja.
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